En estos tiempos de cambio, es común encontrar transformaciones que impactan de manera positiva tanto en la vida de las personas como en las instituciones. Sin embargo, también nos encontramos con situaciones en las que estos cambios no resultan tan beneficiosos. En particular, quiero referirme a nuestra querida institución, Rotary. Si bien es importante incorporar nuevos socios, en muchos casos, esto se queda en un simple acto simbólico de entrega de un pin, un diploma y un carnet que acredita su condición de miembro. Aunque valoro la figura del padrino como un elemento fundamental para el crecimiento de la membresía en los clubes, debemos ir más allá de estas formalidades.

Portar el pin rotario no es un mero adorno, sino que representa la pertenencia a una institución que respalda nuestros proyectos y nos insta a trabajar en conjunto. Debemos comprender que el personalismo solo conduce a la desunión y a relaciones poco saludables dentro de los clubes. Además, llevar el pin nos brinda credibilidad para interactuar con otras instituciones. Rotary International entiende que, si bien somos una potencia en nuestras comunidades, también podemos trabajar en colaboración con otras organizaciones, estableciendo alianzas y fomentando la armonía.

Anhelo un Rotary moderno, inclusivo y amplio, pero sin olvidar nuestras raíces. Recordemos que nuestro fundador, Paul Harris, inició este maravilloso viaje uniéndose a tres personas de excelente reputación que deseaban trabajar sin personalismos en beneficio de la sociedad de su época. A más de 100 años de aquel momento, es posible que estemos perdiendo algunos de los principios que Paul plasmó en las páginas de nuestra historia.

Es fundamental que todos los socios de cada club se involucren activamente y participen en talleres, seminarios y capacitaciones. Esta es la forma de involucrarnos plenamente y de “ponernos la camiseta rotaria”, como suelo decir. Estas líneas son simplemente un pensamiento que espero compartan conmigo, con el objetivo principal de fortalecer nuestros clubes, dotándolos de dinamismo y asegurando que cada socio adquiera un conocimiento profundo de nuestra institución.

Por ultimo creo que es momento de reflexionar y actuar en pos de un Rotary renovado. Invito a todos los rotarios a regresar a nuestras raíces, valorar el significado del pin y fomentar una participación activa y comprometida. Fortaleciendo nuestros clubes y promoviendo un conocimiento profundo de Rotary, podremos avanzar hacia un futuro en el que sigamos siendo un motor de cambio positivo en nuestras comunidades.

Por Adolfo Palomeque – Socio N° 5615450
Rotary Club General Madariaga